Uso y abuso de los videojuegos

Nuestros hijos han nacido en una era que ha transformado la forma de estudiar, sus costumbres y hasta sus juegos, la famosa era digital. En nuestra infancia todo era muy distinto, no teníamos más remedio que salir a la calle y buscarnos la vida con las chapas que recogíamos en el suelo de los bares o con la muñeca que nos traían los reyes por Navidad. Podíamos pasar horas saltando a la comba o jugando al escondite al aire libre, fuera invierno, verano, lloviera o nevara.

Hoy en día, son los videojuegos los que ocupan una gran parte del tiempo de ocio de los niños, lo que conlleva ciertos peligros que los padres y madres debemos detectar para poder prevenirlos antes de que sucedan.

Pasar muchas horas jugando con videojuegos puede provocar vista cansada, por mantener tanto tiempo la mirada en una pantalla, casi sin parpadear. También suele ser frecuente que sufran problemas de aislamiento, debido a la gran cantidad de horas que se pasan solos jugando, lo que provoca falta de comunicación e interactuación con los amigos. La agresividad y los dolores de cabeza, también son frecuentes cuando se produce el uso y abuso de los videojuegos

Es cierto que estos juegos pueden ayudar en el aprendizaje, en la memoria de los niños e, incluso, en el aprendizaje y aceptación  de reglas impuestas, pero debemos saber cuándo es un beneficio para ellos y cuándo es una adicción que les perjudica.

Como madre o padre, debes vigilar a tu hijo cuando esté jugando, para poder averiguar si el juego le está provocando una adicción. Comprueba si tiene alguno de estos síntomas para evitar problemas en el futuro:

  • En lo primero que piensa al llegar a casa es en jugar a la videoconsola. Es capaz de prescindir de otras actividades que le impidan dedicarle tiempo a los videojuegos.
  • Miente para poder jugar a toda costa. Los niños con adicción omiten información relevante que les impida  dedicar su tiempo estimado a estos juegos. Muchas veces sufren fracaso escolar por no dedicarle a los deberes y al estudio el tiempo que deberían.
  • Se aíslan para jugar. No quieren interactuar con otros niños que les puedan desviar su atención de los videojuegos. Prefieren estar solos para dedicarse plenamente a ello.
  • El tema de conversación de su círculo de amigos suele estar basado en los videojuegos, o en alguno en concreto, compartiendo trucos, juegos nuevos y todo lo relacionado con el que se vuelve “monotema”.
  • Cuando se le impide jugar, se vuelve irritable, agresivo o en rebeldía. Su objetivo ha sido derribado, por lo que ya no quieren oír hablar de nada que no sea el “monotema”.

El cambio de actitud en estos niños es muy notable, ya que suelen pasar de ser niños muy sociables y aplicados en los estudios, a niños adictos, irritables y desobedientes, que pasan de todo tipo de normas para poder satisfacer el deseo de jugar.

Como para todo tipo de enfermedades y adicciones, lo mejor es prevenir su aparición. Para ello, puedes seguir estos consejos:

  • No le dejes que elija los juegos. Revisa el contenido del mismo, entérate de la edad recomendada para su uso, evitando juegos violentos o con contenidos que no sean adecuados a su edad. Ayúdale a elegir.
  • Juega con tu hijo a los videojuegos. Involúcrate en el juego para que no se encierre en sí mismo, y así podrás comprobar si de verdad es adecuado para su edad y, además, compartirás tiempo de ocio con tu hijo, para que pueda relacionarte con los juegos que tanto le gustan.
  • Controla el tiempo que le dedica a la videoconsola. Limita el tiempo de uso y procura crearle una rutina en la que primen las obligaciones (deberes, estudio) antes que el tiempo de ocio dedicado a los videojuegos.
  • Procura que utilice juegos basados en el deporte donde se pueda mover y no le provoque un apalancamiento. Existen videoconsolas que detectan los movimientos y fomentan las actividades físicas.

Está en tus manos prevenir el abuso de los videojuegos. Fomenta una vida saludable en la que primen el ejercicio y la alimentación sana, y procura que tus hijos no sean esclavos del sedentarismo.

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