Cómo hacer que mi hijo coma sano

En muchos hogares la hora de las comidas es una auténtica odisea. Si por los pequeños fuera, todos los días comerían pasta y pizza y de las verduras ni hablamos. La mayoría de los niños pone, en la lista negra de los alimentos, todo lo relacionado con el pescado, frutas, verduras y legumbres.

Siguiendo la norma general, se trate de lo que se trate, con los niños hay que tener paciencia. No hace tanto que odiábamos los domingos porque era el día en que nuestras madres madrugaban para estar toda la mañana haciendo cocido y…..horror, era el día de los malditos garbanzos o del momento en el que se cocía la coliflor y toda la casa olía a……..lo peor de lo peor!!

Pues bien, ahora nosotros somos los padres y, como tal, tenemos que armarnos de paciencia y conseguir que nuestros hijos se alimenten de una forma sana y equilibrada, para conseguir un desarrollo óptimo de su organismo y una energía que les permita ejercer sus actividades con normalidad.

Por eso hay que insistir y no tirar la toalla en el momento que tu hijo dice “eso no me gusta”. El rechazo de alimentos nuevos es muy normal en los niños, por lo que hay que insistir dándoles a probar comidas nuevas, que contengan alimentos sanos, aunque no les gusten tanto. La clave es darle las comidas que no le gusta en pequeñas porciones, acompañándolas de otras que le gusten más, para que éstas disfracen su sabor.

Te dejamos algunos trucos que te lo pondrán más fácil:

  • Cierto es que los buenos hábitos se aprenden en casa desde que somos pequeños, lo que quiere decir que tienes que ser un ejemplo para tus hijos. No puedes convencerlos de que la verdura es muy buena para la salud y que deben comerla, cuando no te han visto jamás hacerlo a ti.
  • Intenta que te acompañen a comprar. Si ellos te ayudan a elegir las frutas y las verduras, después se sentirán partícipes y no les pillará por sorpresa.
  • Cocina los platos que no le gusten, de distintas maneras. Probablemente se coman mejor el pescado rebozado que a la plancha o hervido. Hay muchas recetas por internet que proponen nuevas ideas para transformar los platos que no les suelen gustar, en algo atractivo para ellos.
  • Intenta que te ayuden a cocinar. Así, se verán involucrados en el proceso y se sentirán obligados a probar lo que con tanto cariño han cocinado. Además, fomentarás la relación con tu hijo y el trabajo en equipo.
  • Condimenta los alimentos que no le gustan con salsas o especias, para disfrazar su sabor.
  • Decora los platos que menos le gustan con formas y colores llamativos. Corta sus frutas y verduras con formas divertidas, pone caritas al sándwich y haz formas con las salsas, de esta manera le entrará por los ojos.

Cada niño se debe tomar su tiempo para adaptarse a los nuevos sabores e introducir nuevos alimentos en sus rutinas. No desesperes ni compares con otros niños pues cada uno tiene su ritmo y sus gustos.

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